sábado, marzo 20, 2010

ALIZÉE (Prepara lanzamiento de nuevo álbum "Une Enfant Du Siècle")

Tras conseguir el Disco de Oro en México con

su álbum “Psychédelices” y llevar tres sencillos

al Top 5 de éxitos en la radio, la figura más

destacada del pop francés está de vuelta

próximamente presentará su nuevo

álbum de pop electrónico



(Una Hija del Siglo)

El primer sencillo de este álbum es

“Les Collines (Never Leave You)”

ya es No. 3 en iTunes México


ALIZÉE, LA NOVELA

I.- Prólogo

En el momento en que asaltados por una loca pasión historiográfica, los periodistas reúnen todas las listas posibles, basadas en números o subjetivas, para trazar el retrato final de la década que está llegando a su fin, es importante hacer estas observaciones: De las diez mejores ventas de sencillos en Francia en 2000, la primera fue un cover de Claude François, tres procedían de una misma comedia musical y dos marcaban el regreso de antiguas leyendas de otros tiempos. Y desde ese año a la fecha, el único grupo representado se separó.

Alizée, que en ese entonces era la número tres, pasó ese periodo cual acróbata, sobre la cuerda inestable del afecto del público y la recibimos del otro lado del abismo, fiel a sí misma. Como tantas otras, Alizée podría preocuparse sólo de proteger su carrera, administrar sus dividendos, entretener a la industria con su notoriedad. Ahí está el camino, bastaría con seguirlo. Y eso es precisamente lo que ella decidió no hacer.


II.- La joven se vuelve ídolo

La vida de Alizée se lee como una de esas novelas generacionales que, de vez en cuando, se dan a la tarea de volver a captar la totalidad del tiempo reciente y decirlo todo de su época. Es la historia de una joven que la mayor estrella francesa y su Pigmalión volvieron ídolo a los dieciséis años. “Moi… Lolita” logró más de un millón y medio de discos vendidos.

A la edad en la que nos volvemos sujeto, Alizée se encontró instituida en objeto (de adoración) e instalada de manera prolongada bajo la mirada de la multitud. Y las cosas para el ídolo pasan de la misma manera que en una novela escrita por Stendhal, es “un espejo que se lleva a lo largo de un camino”. La época era justo esa que se reflejaba en el espejo que sostenían Farmer & Boutonnat: Trataba de pasar el milenio sin demasiados obstáculos, redefiniendo a su paso la infancia, a la mujer y el deseo.

Alizée pasa, por su parte, los límites y las fronteras con millones de discos vendidos en el mundo. Además tiene dieciocho años, todavía no llega siquiera a los veinte, ya está harta, le gustaría nadar a contracorriente, y eso es lo que hace, en cierto modo.

III.- De joven a mujer, Alizée sabe lo que quiere

La novela de la joven está escrita de tal manera que los accidentes y los giros de su vida reproducen, a escala individual, ciertos movimientos de la historia cultural común. Se casa con un miembro de Star Academy en Las Vegas. Su nombre aparece en las listas Clearstream. Rompe con sus padres artísticos y, por algún tiempo, desaparece.

Para que un ídolo funcione y pueda reflejar por sí mismo, es necesario que sea liso y que esté dispuesto. A su regreso, animada por cierta idea de independencia, lanza su tercer álbum con su propio sello, Wisteria Song, bajo licencia de Sony. Ella misma lo producirá, rodeada de su familia y de artistas a los que admira (Jérémy Châtelain, Jean Fauque, Oxmo Puccino, Daniel Darc, Bertrand Burgalat). Psychédélices es Disco de Oro en Francia y México; el álbum termina el año en cuarto lugar de las ventas francesas en el extranjero; Alizée se convierte en una superestrella en América; se interpreta a sí misma en una telenovela que es vista por más de 75 millones de telespectadores.

IV.- La joven rechaza, echa por tierra y reconstruye

Pero esto no es suficiente. Después de tres álbumes de un estilo pop clásico, Alizée quiere una ruptura. No sólo dar un paso hacia otra parte. Tiene 25 años, ya es tiempo de que la historia recobre actualidad y gane en autenticidad.

Es durante la realización de un remix cuando se cruza en el camino de la compañía Institubes, conocida por haber hecho aportaciones a la gran máquina electrónica francesa y este es el primer paso a un nuevo capítulo. A David Rubato le encargan el remix de “Fifty-Sixty”. Sin tener en cuenta lo que le pidieron, Rubato sumerge la pista en un mar de gran lentitud y le da una nueva trayectoria. Más allá de lo electro, mucho más que un sonido en particular, esto es lo que seduce a Alizée.

Y entonces se abre un nuevo campo de posibilidades: Ya no será cuestión de vampirizar una estética, de meterse rápidamente en el uniforme del momento, como lo haría una Madonna, sino de organizar el encuentro de dos lenguajes, de dos culturas que desarrollan sus obras y sus códigos cada una por su lado. Y no es que Alizée esté harta del pop, lo que pasa es que finalmente quiere ser capaz de formular un pop que pueda llamar propio. De ahí el riesgo. De ahí el valor.

Y de ahí el nuevo camino. Al reunir a su alrededor a jóvenes productores y autores cuya especialidad no es el pop tradicional, sino un estilo más electrónico e inclusive un poco orientado al pop Indie. Les pide que escriban para ella y sólo para ella, que se salgan de su registro tanto como ella está dispuesta a explorar fuera de su rango tradicional. Alizée obtuvo lo que quería: Una gran novela, un drama.

V.- Se presenta a A

El equipo artístico se conforma rápidamente. Del tema “Fifty-Sixty” sobreviven fragmentos de ficción y un personaje: Una joven que llamaremos “A”. En el apogeo de la era Warhol, A deja su pueblo natal para irse a Nueva York. Va en pos de las quimeras de la época, el electro pop, la “bohemia artística”, las promesas de enfebrecidas noches en vela. Y también el derrocamiento de valores, la revolución de las costumbres. Y también la crueldad social, el cinismo mercantil, el extremismo mundano.

Por desgracia, A sufre una enfermedad anacrónica: el romanticismo. Busca el amor a pesar de Andy, lo encuentra, lo pierde. El paso de esta joven a través de una bastante breve unidad de tiempo está evocado de canción en canción; desaparece, regresa, se borra, se fusiona con Alizée, se desprende de ella; vaga por el disco como una imagen fantasmagórica.

VI.- Se cuenta la historia del disco

El futuro es un fetiche fácil. Una subcapa de cromo y tres láseres bastan para hacerle dar sorprendentes saltos en el tiempo, grandiosas aceleraciones. UNE ENFANT DU SIÈCLE habría podido aprovechar el currículo de su compañía tutelar e intentar la aventura electro, darse el lujo de un pequeño paseo. Pero la artista, esta Alizée que supo atravesar la década conservando puro el corazón, sería incapaz de no ser sincera. Vino a encontrar los medios de una nueva libertad, no a envilecerse en lo underground.

Resulta sorprendente comprobar lo diverso que es este álbum. El periplo eléctrico de “Limelight”, el cine de autor de “Grand Central”, la fragilidad angular de “À coeur fendre”, el gran ángulo nostálgico de “Eden, Eden”, la pureza trágica de “La Cándida”, los arpegios elegiacos de “Une fille difficile”… Moroder atraviesa el campo, la Adjani de Pull Marine aflora, Jeannette refulge no lejos.

Resulta sorprendente comprobar lo homogéneo que es este álbum, que reúne sin embargo a varios productores y cuyas letras provienen de recién llegados absolutos, cada uno de ellos inspirado por Baudelaire, Dos Passos o Daho.

Y es que a UNE ENFANT DU SIÈCLE lo guió hacia la exactitud un deseo de arte y no un deseo de poder. Salpicado de pequeñas coincidencias milagrosas, signos de colaboraciones logradas. Y llevado a cabo con el rigor de Alizée, quien, por ser una joven difícil, segura de sus preferencias, supo exactamente lo que quería.

Qué hermosos son los momentos en que los acontecimientos rehúsan su cauce natural. Es raro que una artista tan reconocida se tome el riesgo de romper con la linealidad en su carrera para trazar una órbita que no le pertenece a nadie más que a ella. No es para nada común.

Jean-René Étienne

Para más información:

www.alizee-officiel.com



Personajes

Chateau Marmont o cuatro jóvenes, amigos de infancia, fascinados por los sintetizadores vintage y las melodías eternas. Autores de uno de los larga duración más notables del año pasado, Solar Apex, recibieron una avalancha de peticiones de remixes y producciones: Röyksopp, La Roux, Ladyhawke, Peter, Bjorn & John. Su segundo disco, Nibiru, acaba de salir.

Jérôme Echenoz construyó, con el nombre de Tacteel, una carrera rap y electro muy plena, en particular con el grupo TTC. Volvió a ser independiente para pasar a la canción francesa. Su primer álbum, Adorable, saldrá en 2010.

Para One compuso durante mucho tiempo rap. Su primer álbum, Épiphanie, puso las bases del electro francés. Desde entonces, anda dando vueltas por sus múltiples pasiones, de la música de película (Naissance des pieuvres) al clásico contemporáneo (Private Domain). Acaba de terminar su último álbum, con el nombre de Slice & Soda, a dúo con el cantante norteamericano San Serac.

Rob sacó dos álbumes de pop aéreo que dejaron huella en la memoria: Don’t Kill, en 2000 y Satyred Love, en 2002. Luego tomó distancia. Regresó en julio pasado con un proyecto bíblico en todos aspectos, el Dodécalogue, que consiste en grabar doce discos en doce meses, y en el que cada uno evoca a uno de los doce apóstoles. Trabaja en paralelo con las bandas originales de dos películas francesas.

David Rubato es un joven productor parisino apasionado de la música disco, del tecno y de musicología. Un sencillo, Circuit, bastó para que Midnight Juggemauts, Santogold, Camille y muchos otros le propusieran producirlos o hacer remixes. Está trabajando en su próximo disco.

Tahiti Boy, acompañado de su Palmtree Family, firmó un álbum muy bien recibido, Good Children Go to Heaven, en el que Brian Wilson, los Zombies y la Motown se van siguiendo alegremente. Ha escrito arreglos y ha compuesto para Soko, Syd Matters, Félix Thiéfaine, Maréva Gallanter… En este momento está dando los últimos toques a un álbum compuesto en su totalidad con los legendarios Os Mutantes. A su lado en este disco también están presentes Iggy Pop y Jane Birkin.

Jean-René Étienne dirige la compañía Institubes desde hace cinco años, pero sus primeros amores son literarios. Traductor de David Foster Wallace, Harmony Korine y Dennis Cooper, supervisó la producción y la escritura de UNE ENFANT DU SIÈCLE.

Adanowsky sacó su primer álbum, Étoile Éternelle, en 2006. Hijo de Alejandro Jodorowsky, fue actor de teatro, bajista de los Hellboys, director cinematográfico. Ahora vive en México. Su nuevo álbum, realizado por Rob, aparecerá este año.

Rebeca Ziotowski realizó el clip de la pista “Fifty-Sixty” (Versión de David Rubato) y acaba de terminar su primer largo metraje, Belle Épine.

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